sábado, 17 de diciembre de 2011

¿Crónicas?


Yo no sé meditar más que en movimiento. Y mejor traslados largos e incómodos en buses de pena por carreteras imposibles. Y Bolivia es fantástica para eso: La Paz-Uyuni/Uyuni-Potosí/ Potosí-Sucre. Quines carreteras, maredéusenyor! A pesar de los avances, en esas carreteras se nota que sigue siendo uno de los países más pobres y desiguales del continente. Y esas carreteras son hoy, conflicto del Tipnis mediante, caballo de batalla entre comunidades y modelos de desarrollo.

Este país es tan fascinante como suponía. Imposible de cronicar en tan poco tiempo. Tantas cosas que voy escuchando, viendo y oliendo engordarán la bolsa de las cosas que no sé por qué las sé, y ya saldrán de cualquier modo y manera.

Muchas imágenes, sin embargo, son repetidas: las casas que van levantándose a pisos y retazos, las combis, el humo descontrolado de tubos de escape demasiado viejos, la publicidad de colores estridentes, el olor a fritanga, la música románticopesadilla...Mmmmm, casa!

"El orden nos altera" me dijo Ruth, cráneo privilegiado, el segundo día en La Paz. Y ciertamente La Paz es poco pacífica. El tráfico infernal. El mercadillo de El Alto que no se acaba nunca: "donde puedes encontrar desde un alfiler al motor de un avión". Las miles de señoras "agachaditas" rodeadas de mil cosas a la venta.

Mucho más reportero y post-croniquero está mi compa @jordidemiguel. Leed su blog Intermezzo Tropical. Un placer inmenso viajar con él. Un viaje comunicado y comunicador: cada encuadre de foto es compartido, cada noticia comentada. Y hacemos semientrevistas a medias: él va preguntando y yo tomando las notas que después nos sirven a los dos.

Para crónicas, las de los bolivian@s sobre su país. En El Sur, el barrio pijo de La Paz, donde están los ricos porque es más bajito y se respira mejor, compramos un buen libro, Bolivia a toda costa. La primera historia, sobre Sillerico, el sastre de Evo, es de lo mejor.

Desde Bolivia



Recupero mi blog andino. Entonces en Perú y hoy desde Bolivia. Cuando la realidad me supera...vuelvo a la realidad. Al Sur. A casa. A mí misma.

La Paz-Salar de Uyuni-Desierto altiplánico-Potosí-Sucre: viviendo en 10 días más que en 10 meses. En un año en que hemos vivido en 6 meses más que en 6 años.

En el bus hacia el Salar tuve un sueño: soñé que estaba en la oficina pensando que estaba en Bolivia en un bus, y que en realidad no era así...Hasta que no me desperté dando tumbos por una pista sin asfaltar, no estuve del todo aquí.

Los 12.000 kilómetros cuadrados de blanco único, absoluto, inmenso e inacabable del Salar de Uyuni me hacían falta para limpiar mi cabeza, y la mirada, de tanto ruido, y de tanta mierda.