sábado, 20 de septiembre de 2008

La esperanza indígena es revolucionaria

Foto: Rosa Palomino, I Congreso Departamental de mujeres Campesinas Quechuas y Aymaras, Puno

“ No es la civilización, no es el alfabeto del blanco, lo que levanta el alma del indio. Es el mito, es la idea de la revolución socialista. La esperanza indígena es absolutamente revolucionaria”.
Mariátegui

Aunque esta semana ya ha sido de esas que (a los occidentales) nos arrancan de nuestra piel más sensible... vuelvo al Sur.

Os cuento que en 1550 los teólogos españoles andaban a la greña discerniendo a cerca de si los indígenas del Nuevo Mundo (para ellos) eran o no persona. Carlos V tuvo que convocar a la Junta de Valladolid para escuchar a las partes. El bueno era Fray Bartolomé de las Casas. El malo era Ginés de Sepúlveda. En “Tratado de las justas causas de la guerra contra los indios” escribió lo que sigue:

Siendo por naturaleza siervos los hombres bárbaros, incultos e inhumanos, se niegan a admitir la dominación de los que son más prudentes, poderosos y perfectos que ellos; dominación que les traería grandísimas utilidades, siendo además cosa justa, por derecho natural, que la materia obedezca a la forma, el cuerpo al alma, el apetito a la razón, los brutos al hombre, la mujer al marido, los hijos al padre, lo imperfecto a lo perfecto, lo peor a lo mejor, para bien universal de todas las cosas. Este es el orden natural que la ley divina y eterna manda observar siempre. Y tal doctrina la han confirmado no solamente con la autoridad de Aristóteles, a quien todos los filósofos y teólogos más excelentes veneran como maestro de la justicia y de las demás virtudes morales y como sagacísimo intérprete de la naturaleza y de las leyes naturales, sino también con las palabras de Santo Tomás.”

Ya sabéis quién ganó la discusión. Los prudentes, poderosos y perfectos se han ido pasando el testigo hasta hoy.

Felismente, sin embargo, siempre hay amautas (en quechua: sabio o maestro) que van con los que pierden. José Carlos Mariátegui, el Gran Amauta (1894-1930) es uno de ellos. Uno de los pensadores peruanos imprescindibles. Si las guías de viaje fueran como deberían incluirían fragmentos de las obras literarias, filosóficas y políticas fundamentales de cada país. Y si fuera así, en la de Perú habría extractos de los 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana de Mariátegui.

“La reivindicación indígena carece de concreción histórica mientras se mantiene en un plano filosófico o cultural. Para adquirirla -esto es para adquirir realidad, corporeidad- necesita convertirse en reivindicación económica y política.

(...) El problema indígena no admite ya la mistificación a que perpetuamente lo ha sometido una turba de abogados y literatos, consciente o inconscientemente mancomunados con los intereses de la casta latifundista. La miseria moral y material de la raza indígena aparece demasiado netamente como una simple consecuencia del régimen económico y social que sobre ella pesa desde hace siglos.”

Y volviendo a la “rabiosa” actualidad... Una buena noticia, una de esas treguas que le permiten a la esperanza indígena mantenerse revolucionaria: el Congreso peruano derogará por fin “La ley de la selva”.

La foto es de Puno, el lugar del altiplano donde lo peruano y lo boliviano son intercambiables. Como son intercambiables todas las consecuencias de las justas causas de la guerra contra los indios en todo el continente. A propósito de la masacre de Pando, el chileno Tito Tricot ha escrito una Palabra urgente a Evo donde se encuentran los 11 de septiembre y los desaparecidos, chilenos y bolivianos:

“Por eso te escribo hermano, porque la defensa de la revolución boliviana es un deber ineludible, una necesidad, una responsabilidad y un compromiso de todos los que queremos dibujar una América Latina distinta, sin pobreza y con justicia social, pues de la desesperanza ha surgido incólume la esperanza, la libertad preñada de futuro (...)

Te escribo hermano, porque, la verdad, me duele Bolivia hasta el alma, y se me solivianta la garganta y angustia el corazón por los muertos y heridos, por los desaparecidos que son, también, nuestros desaparecidos. Pero, quien sabe, arrimados a la flor del jacarandá, algún día lloraremos por los caídos, ahora simplemente hay que luchar por defender la revolución como sea y donde sea”.

Acabo. No hubo peli peruana esta semana (la Merçè se impuso)... pero la amauta Rosa María Alfaro confirmó que vendrá a Barcelona a finales de mes. Perú se estira y tira de mí.

P.D: Me cuentan que en Quito celebraron nuestra Diada Nacional de Catalunya en el Centro Cultural de la Universidad Católica de Ecuador, y que lo hicieron con canciones de Serrat y de...¡Presuntos implicados y Mecano!. Visca Catalunya, Visca Equador y maquíllate, maquíllate!!!