miércoles, 1 de octubre de 2008

Abstenerse o enrumbar


Noticia calentita. De ayer. Como en los años oscuros se han denunciado desapariciones en Ayacucho, después de una incursión militar. La foto es una de las que más me impactó cuando visité la exposición de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación-CVR: unas campesinas contra la pared, la imagen de la humillación y el abuso...

No era este post para primicias. Quería contaros de la persecución a las ONG en Perú (y en Nicaragua, y en una de las Bolivias, y en Colombia...). Y ya van a ver, que tiene que ver...

A juzgar por la hostilidad cíclica de los gobiernos peruanos hacia las ONG... algo estarán haciendo bien. Ahora parece que el “aprofujimorismo” (= el gobierno peruano+los nostálgicos de El Chino) han vuelto a la carga.

La persecución arrancó duro en el 2006 y detrás sólo había una cosa, tan abstracta cuando está, como concreta cuando no está: los derechos humanos.

Los fujimoristas odian a las ONG de derechos humanos porque son las que tienen a su caudillo en la cárcel. Ya la liaron en abril cuando el Parlamento Europeo rechazó incluir en la lista de organizaciones terroristas al Movimiento Revolucionario Túpac Amaru-MRTA (se echaron encima de la Asociación Pro Derechos Humanos-Aprodeh por decir que el MRTA no existía), y hace apenas un mes boicotearon la celebración del quinto aniversario de la presentación del Informe de la CVR.

Las puñeteras ONG están empeñadas además en que no se olviden los abusos del primer gobierno de Alan García. Siguen removiendo papeles para esclarecer la matanza en el penal de El Frontón, donde también el actual vicepresidente estaría involucrado: en 1986, 254 internos fueron ejecutados extrajudicialmente. ¿Y ahora nuevas denuncias de desapariciones? Las ONG son el enemigo común del gobierno y la oposición.

¿Y cómo acabar con las ONG? Metiendo las narices en las cajas. Controlando el origen y el uso del dinero. A finales de agosto el director ejecutivo de la Agencia Peruana de Cooperación Internacional-APCI, Carlos Pando, “sugirió” a las ONG “abstenerse de involucrarse en conflictos sociales en el país”. Les recomendó “no excederse en su función” y les recordó que es “función y responsabilidad del APCI velar por el uso adecuado de los recursos de la cooperación internacional gestionados por el Estado. Eso significa que debemos garantizar, por mandato legal, el buen uso de los recursos que vienen de la cooperación internacional para los programas de capacitación, mediante la fiscalización”.

Pero ahorita ya no sólo las ONG de derechos humanos están amenazadas. Durante todo el mes de septiembre los diarios fujimoristas han orquestado una campaña con títulos tan sugerentes como “Verdes por fuera, rojos por dentro” (contra las ONG medioambientalistas), “Los fondos de la violencia” (contra las ONG que apoyan a las comunidades campesinas frente a las empresas mineras) o “ONG extranjeras financiarían la paralización de la selva” (contra las ONG que apoyaron a las comunidades amazónicas).

Los periódicos señalan a las ONG peligrosas... y la APCI “fiscaliza”, o sea, obstaculiza, amedrenta, agobia...Aunque oficialmente se “descarta” la persecución, el señor Pando recuerda que según la Declaración de Paris (la nueva biblia de los países donantes), la cooperación “debe ser materia de apropiación de los gobiernos receptores; no debe ser impuesta por las agendas de los países cooperantes y en ese sentido, la misión de la Agencia es enrumbar los fondos de la cooperación hacia el desarrollo del país”.

Hay varias ONG españolas y catalanas afectadas. ¿Por qué no explicamos estas cosas cuando la gente pregunta si el dinero llega o no llega? Llega y jode. Enrumbamos bien.