viernes, 4 de julio de 2008

Aterrizando en el jaguar andino


Es obvio que jairo35 no me conoce (encantada, bienvenido), porque citona lo soy un rato.

Efectivamente el cuento del post anterior fue recopilado por Jose María Arguedas pero yo lo descubrí en “El factor asco”, libro al que le he dedicado toda mi semana: no fue KLM que me aterrizó aquí, ha sido este libro y además dándome algunos claves comunicativas de las que vine a buscar, esto es, cómo algunos discursos mantienen “al otro” en una posición inferior y como aquí estos discursos arrancan del virreinato y la época colonial. Las editoriales de nuestros periódicos y la publicidad de nuestras ONGD conecta con eso.

Fui a la presentación del libro el lunes tarde, al Centro Cultural de la Universidad Católica, uno de los lugares de encuentro de la intelligentsia de este país, y flipé en colores. Después de escucharlos disertar sobre “los pobres” de su país con la misma distancia que lo hacemos nosotros, pero entre referencias a Lacan y Kristeva, y después de respirar toda la semana la cultura de “nuevo rico” que inunda a ésta la capital del “jaguar andino” (Alán García dixit, hay que ser hortera), me pregunté seriamente que coño hace aquí la cooperación internacional.

La respuesta me la di el martes que fui al Centro Cultural de España, sede de nuestra AECID: montamos festivales de cine con el Departamento de Estado de Estados Unidos. Gracias a esta maravillosa armonía ví Cyrano Fernández gratis y lloré como una idiota (supongo que me hacía falta) con el final que ya conocía. Este Cyrano está 100 veces más bueno que Depardieu. Es un líder de las favelas venezolanas que usa la pipa y las palabras con la misma destreza. Highly recomendable. Y otra cosa comprobé en la sede de la AECID, y he ratificado hablando con todas las oenegeneras de este lado: somos los únicos primos que no vivimos de puta madre a cuenta de la ayuda internacional.

Mi Toni querido, mi LonelyPlanet con patas, aquél que lo sabe todo de todas partes, me ha mandado un examen para comprobar mi conocimiento de Lima, después de una semana, y debo decir que lo he suspendido. Definitivamente no sirvo para turista: el miércoles organicé mi tarde para ir al museo de arte contemporáneo... y era el día de descanso. Soy la antiturista. Mi cámara no quiere salir de casa.

Sucede que salí corriendo hasta este país y no sabía adónde venía. Toda esta semana me he estado enterando. Un poco avergonzada de querer utilizarlo, sin conocerlo. O conociendo sólo sus tópicos. Así perpetuamos nuestro espíritu colonizador, así seguimos tratando a los otros... Me he estado empapando con muchas horas de lectura y de conversaciones con todas las caras que había detrás de los teléfonos que traía. Y no acabo de metabolizarlo todo, porque este lugar es complejo y fascinante...

Además de sentirme supercercana culturalmente a la gente que voy conociendo, ya me ha quedado claro que el Pisco souer y el cebiche de aquí son los mejores del mundo, y ya he comido anticuchos (corazón de vaca) y unos picarones deliciosos en una terraza de la Bajada de los Baños en Barranco, mirando a la punta del Callao, con los dedos llenos de miel (“aplástelos en la miel señorita, revuélvalos, mánchese, esa es la tradición”). Además me vine sin secador y no lo echo de menos porque !!!!! ha salido el sol ¡!!!!!. Un pokito. Otra cosa bacán de la muerte es que puedo cruzar la ciudad entera en taxi por dos euros y descubrí que aquí la estevia es superbarata (como no ando una mierda, tengo que compensar; mis lógicas, ya se sabe). En todas partes está señalizada la zona segura en caso de "temblor" y tengo localizado un servicio de urgencias psiquiátricas.

VERY IMPORTANT also. Debo presentarme diciendo “mi nombre es Montse”, no “soy monse”. ¡!!!!!!!!!!!!!!Monse significa aburrido barra aburrida!!!!!!!!!!!!!!!! Hay hasta una categoría de chistes monse…

Lo siento Toni: esto es lo único que soy capaz de descubrir yo sola en una semana...

Aunque también me ha quedado más que claro el racismo de la city para con el resto del país, que son por lo menos otros 3 Perús (la selva, la costa y la sierra), y la esquizofrenia de querer marcar “la peruanidad” al tiempo que se venden el país a trozos (“a peso, les faltó vendernos”, dice Ibis, y así sería seguro, si necesitásemos de manera apremiante mano de obra). Este paisito es, ahora mismo, junto a Colombia, la reserva espiritual del neoliberalismo salvaje y la pica en Flandes de los USA para reconquistar el continente: no por casualidad McCain estaba en Colombia para recibir a la Betancourt y crecen las sospechas de la instalación de una base militar en Ayacucho. Mientras, crece el descontento en el Perú atrasado porque la supuesta riqueza que se está produciendo no les llega, y al tiempo se descubren nuevas fosas comunes. No salgo del asombro de mi ignorancia: aquí también hubo genocidio de indígenas, como en Guate, en los 80…pero bajo un gobierno supuestamente democrático. ¿Por qué yo no sabía eso?

Dos cuentos sobre Perú que lo explican muy bien. El de la Inca Kola y el del guano.
Perú es el único país del mundo donde la Coca Cola nunca se ha vendido más que el refresco nacional. Inca Kola representaba el orgullo patrio. Pero si no puedes con tu enemigo…cómpratelo! Ahora es de la Coca Cola Company, aunque en las botellas de color amarillo lima se cuidan mucho de ponerlo.

Respecto al guano
, hasta la mierda de pájaro se la llevaron toda. Cuando en 1852 se descubrieron las islas Lobos, en la costa norte, y sus reservas de guano, el gobierno de los Estados decidió que puesto que las islas no habían sido ocupadas por Perú, los ciudadanos norteamericanos podían explotar la valiosa materia, protegidos militarmente si era preciso (no suena eso como a... Irak?). La situación estuvo a punto de originar una guerra entre ambos países, pero Perú finalmente permitió que los barcos de EEUU circularan libremente, y así hasta que se descubrieron los fertilizantes artificiales que, después, apuntalarían el negocio de la agroexportación y los transgénicos. Hoy que el guano vuelve a tener interés estratégico, ya casi no queda… Menos mal que Laura Restrepo escribió la fantástica "La isla de la pasión", para que quede constancia de que el guano existió y movió el mundo.

Joder con la reflexión: llevo tres horas en el ciber!!!!!
Menos mal que me han dado una tarjeta de fidelidad y me regalan horas de conexión… No es tiempo perdido. Otro día le entro al mundociber. Estoy convencida de que es en estos cubículos cutres de cualquier parte del mundo, donde se generan y circulan la mayor parte de las historias interesantes de este planeta. Le sigo la pista particularmente a una mujerona cincuentona, morenísima y rotunda, que se comunica cada día con algún enamorado de a saber dónde. Como todos los PC tienen cámara, le hace gestos, se toca, le sonríe…y tienen broncas porque cada vez que alguien pasa por detrás se pone celoso…¡Estoy enganchada a ellos!

A pesar de que estoy entretenida, tengo ratitos de soledad punzante. De esa que vine a buscar, pero con la que tengo que aprender a convivir. Necesito vuestros mensajitos. Me faltan algunos. Por cierto…¿cómo voy a construir redes si sois todos tan tímidos y sólo me habláis off the blog?

Me llamaron de España a las 7 de la mañana, me emocioné… era Movistar para venderme un móvil. Hasta aquí llega el acoso telefónico. Mira que procuré ser amable con el muchacho latino, pero cuando le dije que no gracias y me preguntó ¿qué parte de lo que le expliqué no ha entendido? Arrrrggggggggggg!!!!!!!!!!!!!! Los odio. Mira que soy una consumidora fiel por lela y despreocupada, pero juro que cuando llegue me cambio de compañía.

Besitos especiales pa la Telita, por ser tan metódica y enseñarme algunas cosas imprescindibles, y a la mamá Carro, por saber lo que valen los cuentos.

miércoles, 2 de julio de 2008

Un cuento quechua




El sueño del pongo

Un hombrecito se encaminó a la casa-hacienda de su patrón. Como era siervo iba a cumplir el turno de pongo, de sirviente en la gran residencia. Era pequeño, de cuerpo miserable, de ánimo débil, todo lamentable; sus ropas viejas.

El gran señor, patrón de la hacienda, no pudo contener la risa cuando el hombrecito lo saludo en el corredor de la residencia.
- ¿Eres gente u otra cosa? - le preguntó delante de todos los hombres y mujeres que estaban de servicio.
Humillándose, el pongo contestó. Atemorizado, con los ojos helados, se quedó de pie.

-¡A ver! - dijo el patrón - por lo menos sabrá lavar ollas, siquiera podrá manejar la escoba, con esas sus manos que parece que no son nada. ¡Llévate esta inmundicia! - ordenó al mandón de la hacienda. Arrodillándose, el pongo le besó las manos al patrón y, todo agachado, siguió al mandón hasta la cocina.

El hombrecito tenía el cuerpo pequeño, sus fuerzas eran sin embargo como las de un hombre común. Todo cuanto le ordenaban hacer lo hacía bien. Pero había un poco como de espanto en su rostro; algunos siervos se reían de verlo así, otros lo compadecían. "Huérfano de huérfanos; hijo del viento de la luna debe ser el frío de sus ojos, el corazón pura tristeza", había dicho la mestiza cocinera, viéndolo.

El hombrecito no hablaba con nadie; trabajaba callado; comía en silencio. Todo cuanto le ordenaban, cumplía. "Sí, papacito; sí, mamacita", era cuanto solía decir.

Quizá a causa de tener una cierta expresión de espanto, y por su ropa tan haraposa y acaso, también porque quería hablar, el patrón sintió un especial desprecio por el hombrecito. Al anochecer, cuando los siervos se reunían para rezar el Ave María, en el corredor de la casa-hacienda, a esa hora, el patrón martirizaba siempre al pongo delante de toda la servidumbre; lo sacudía como a un trozo de pellejo.

Lo empujaba de la cabeza y lo obligaba a que se arrodillara y, así, cuando ya estaba hincado, le daba golpes suaves en la cara.
Creo que eres perro. ¡Ladra! - le decía.

Ponte en cuatro patas - le ordenaba entonces-
El pongo obedecía, y daba unos pasos en cuatro pies.

Trota de costado, como perro - seguía ordenándole el hacendado.
El hombrecito sabía correr imitando a los perros pequeños de la puna.

El patrón reía de muy buena gana; la risa le sacudía todo el cuerpo.
¡Regresa! - le gritaba cuando el sirviente alcanzaba trotando el extremo del gran corredor.
El pongo volvía, corriendo de costadito. Llegaba fatigado.

Algunos de sus semejantes, siervos, rezaban mientras tanto el Ave María, despacio, como viento interior en el corazón.
¡Alza las orejas ahora, vizcacha! ¡Vizcacha eres! - mandaba el señor al cansado hombrecito.
- Siéntate en dos patas; empalma las manos.
Como si en el vientre de su madre hubiera sufrido la influencia modelante de alguna vizcacha, el pongo imitaba exactamente la figura de uno de estos animalitos, cuando permanecen quietos, como orando sobre las rocas. Pero no podía alzar las orejas. Golpeándolo con la bota, sin patearlo fuerte, el patrón derribaba al hombrecito sobre el piso de ladrillo del corredor.

Recemos el Padrenuestro - decía luego el patrón a sus indios, que esperaban en fila.
El pongo se levantaba a pocos, y no podía rezar porque no estaba en el lugar que le correspondía ni ese lugar correspondía a nadie.

En el oscurecer, los siervos bajaban del corredor al patio y se dirigían al caserío de la hacienda.
¡Vete pancita! - solía ordenar, después, el patrón al pongo.
Y así, todos los días, el patrón hacía revolcarse a su nuevo pongo, delante de la servidumbre.

Pero... una tarde, a la hora del Ave María, cuando el corredor estaba colmado de toda la gente de la hacienda, cuando el patrón empezó a mirar al pongo con sus densos ojos, ése, ese hombrecito, habló muy claramente. Su rostro seguía un poco espantado.
Gran señor, dame tu licencia; padrecito mío, quiero hablarte - dijo.

El patrón no oyó lo que oía.
¿Qué? ¿Tú eres quien ha hablado u otro? - preguntó.
Tu licencia, padrecito, para hablarte. Es a ti a quien quiero hablarte - repitió el pongo.
Habla... si puedes - contestó el hacendado.

Padre mío, señor mío, corazón mío - empezó a hablar el hombrecito -. Soñé anoche que habíamos muerto los dos juntos; juntos habíamos muerto.

¿Conmigo? ¿Tú? Cuenta todo, indio - le dijo el gran patrón.
Como éramos hombres muertos, señor mío, aparecimos desnudos. Los dos juntos; desnudos ante nuestro gran Padre San Francisco.

¿Y después? ¡Habla! - ordenó el patrón, entre enojado e inquieto por la curiosidad.
Viéndonos muertos, desnudos, juntos, nuestro gran Padre San Francisco nos examinó con sus ojos que alcanzan y miden no sabemos hasta qué distancia. A ti y a mí nos examinaba, pensando, creo, el corazón de cada uno y lo que éramos y lo que somos. Como hombre rico y grande, tú enfrentabas esos ojos, padre mío.

¿Y tú?
No puedo saber cómo estuve, gran señor. Yo no puedo saber lo que valgo.

Bueno, sigue contando.
Entonces, después, nuestro Padre dijo con su boca: "De todos los ángeles, el más hermoso, que venga. A ese incomparable que lo acompañe otro ángel pequeño, que sea también el más hermoso. Que el ángel pequeño traiga una copa de oro, y la copa de oro llena de la miel de chancaca más transparente".

¿Y entonces? - preguntó el patrón.
Los indios siervos oían, oían al pongo, con atención sin cuenta pero temerosos.
Dueño mío: apenas nuestro gran Padre San Francisco dio la orden, apareció un ángel, brillando, alto como el sol; vino hasta llegar delante de nuestro Padre, caminando despacio. Detrás del ángel mayor marchaba otro pequeño, bello, de luz suave como el resplandor de las flores. Traía en las manos una copa de oro.

¿Y entonces? - repitió el patrón.
"Angel mayor: cubre a este caballero con la miel que está en la copa de oro; que tus manos sean como plumas cuando pasen sobre el cuerpo del hombre", diciendo, ordenó nuestro gran Padre. Y así, el ángel excelso, levantando la miel con sus manos, enlució tu cuerpecito, todo, desde la cabeza hasta las uñas de los pies. Y te erguiste, solo; en el resplandor del cielo la luz de tu cuerpo sobresalía, como si estuviera hecho de oro, transparente.

Así tenía que ser - dijo el patrón, y luego preguntó:
¿Y a ti?

Cuando tú brillabas en el cielo, nuestro Gran Padre San Francisco volvió a ordenar: "Que de todos los ángeles del cielo venga el de menos valer, el más ordinario. Que ese ángel traiga en un tarro de gasolina excremento humano".

¿Y entonces?
Un ángel que ya no valía, viejo, de patas escamosas, al que no le alcanzaban las fuerzas para mantener las alas en su sitio, llegó ante nuestro gran Padre; llegó bien cansado, con las alas chorreadas, trayendo en las manos un tarro grande. "Oye viejo - ordenó nuestro gran Padre a ese pobre ángel -, embadurna el cuerpo de este hombrecito con el excremento que hay en esa lata que has traído; todo el cuerpo, de cualquier manera; cúbrelo como puedas. ¡Rápido!". Entonces, con sus manos nudosas, el ángel viejo, sacando el excremento de la lata, me cubrió, desigual, el cuerpo, así como se echa barro en la pared de una casa ordinaria, sin cuidado. Y aparecí avergonzado, en la luz del cielo, apestando...

Así mismo tenía que ser - afirmó el patrón. - ¡Continúa! ¿O todo concluye allí?
No, padrecito mío, señor mío. Cuando nuevamente, aunque ya de otro modo, nos vimos juntos, los dos, ante nuestro Gran padre San Francisco, él volvió a mirarnos, también nuevamente, ya a ti ya a mi, largo rato. Con sus ojos que colmaban el cielo, no sé hasta qué honduras nos alcanzó, juntando la noche con el día, el olvido con la memoria. Y luego dijo: "Todo cuanto los ángeles debían hacer con ustedes ya está hecho. Ahora ¡lámanse el uno al otro! Despacio, por mucho tiempo". El viejo ángel rejuveneció a esa misma hora; sus alas recuperaron su color negro, su gran fuerza. Nuestro Padre le encomendó vigilar que su voluntad se cumpliera.
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Lectura infantil dedicada specially a Iu y Biel por su final de curso. El final escatológico seguro les gusta y es adaptable a otras situaciones y realidades.

Lectura adulta
Según la Comisión de la Verdad entre 1980 y 2000 hubo en este país 70.000 muertos. De cada cuatro víctimas, tres fueron campesinos o campesinas cuya lengua materna era el quechua.

El estudio 'Pobreza, desigualdad y desarrollo en el Perú', recién publicado, de Intermón, revela la existencia de dos millones de analfabetos en el país, la mayoría de los cuales tienen origen indígena. Se resalta como una mejora en cuanto a la inclusión de la población quechua en la sociedad peruana que dos congresistas prestaron juramento en este idioma en 2006 por primera vez, en 180 años de vida republicana.

Endevinalla final: ¿Qué lamerán los editorialistas de El País en el cielo indígena? Akí la respuesta.

lunes, 30 de junio de 2008

La garúa y lo bacán



Perdonadme la foto. Aún no ha sacado mi cámara de casa. Hoy hay que hablar de estos dos tipos feos. De los compinches de la última dictadura peruana que hoy se han visto por primera vez las caras en el juicio a Fujimori, ocho años después de que ambos salieran por patas del país. Montesinos, ex jefe de los espías peruanos y otro de esos "es un hijo de puta pero es nuestro hijo de puta" de los yanquees, de los cuales la historia latinoamericana está repletita, ha dicho por supuesto que su exjefe Fuji no tiene nada que ver con las matanzas y violaciones de los derechos humanos de las que se le acusa. Faltaría más.

Lo único bueno es que como dice el director de Perú21 es que ahí están los dos: uno en el banquillo y otro ya en la cárcel. Tarde pero se puede juzgar crímenes de Estado.

"El emplazamiento de Lima le confiere un clima y unas condiciones medioambientales que sólo pueden describirse como espantosas. Desde abril hasta diciembre la niebla costera, conocida como garúa, tapa el sol y cubre las calles de la ciudad con un afina bruma gris. A menos que se pinten todos los años , los edificios no tardan en adquirir una palidez fantasmaaaaaaaaaaaaaaaal...". Esta es la descripción que hace la Lonely Planet de Lima. No es tan terrible pero no sube precisamente la moral este gris pegajoso.

Pero Lima tiene muchas cosas bacán, que es como aquí se dice guay.
El mar siempre es el mar y la supercosta que va de Callao a Chorrillos es impresionante aunque el horizonte resulte azul apagadito. La ciudad entera se tira a mirarlo el fin de semana y yo con ellos. He pasado el finde en Miraflores y Barranco, los barrios pitucos de Lima. O sea, los pijos. En sus miradores y terrazas entiendes eso de por encima del nivel del mar.. Superporencima. Imaginaros el Mediterráneo a los pies del Tibidabo o un barranco enorme debajo del Mirablau. Pues así es el malecón limeño.

Algunas otras cosas bacán son google en quechua (para que sigáis investigando), http://www.google.com.pe/, la Casa Tomada, una librería-bar con el nombre del "fantástico" cuento de Cortázar, y el cine subtitulado. Aquí todas las pelis, para todos los públicos, tienen subtítulos.

El sábado, después de comer con Rosa María, me fui al cine con ella y sus amigas. Con las chicas de oro. Yo era la superbaby. Me lo pasé teta con las señoras de la alta sociedad, todas ellas viudas de artistas reconocidos, y con unas vidas fascinantes. No os cuento cómo rajaban de algunos miembros del gobierno que, of course, conocían. La peli, eso sí, horrorosa, no la veáis (El fin de los tiempos) y el lugar donde se ubicaba el cine, del estilo: Larco Mar, un centro comercial de Miraflores, pretencioso y superestándar.

Ayer la pasé en Barranco. El barrio bohemio. Cumplí con la tradición y pasé corriendo y sin respirar el Puente de los Suspiros, pidiendo un deseo. Eliana, otro contacto que me traje, vive en este precioso barrio y también me invitó a su casa. Y además conocí a Ibis que vivirá también en casa y que, de hecho, me había facilitado el contacto con ella. Eliana e Ibis. Las dos un encanto.

Impresionante el sentido de la acogida de esta gente. No es ninguna novedad pero pasan los años y los viajes e igual, sin conocerte de nada te llevan a casa, te ofrecen aquella en la que ellas van a vivir, te cuentan su vida, te ofrecen enseguida los libros que te pueden interesar o te presentan a sus amigas. Te acompañan a casa en coche o te llaman al rato, si te fuiste en taxi, para ver si llegaste bien. Y mientras nosotros los tratamos como puros problemas, los encerramos y los devolvemos a su país. ¿En qué momento nos empezamos a convertir en seres moralmente renacuajos? Hoy más que hace una semana me avergüenza profundamente ser europea.

Pero volvamos a lo bacán...
Ya me acabé mi primera novela. El padre de Blancanieves, de la Gopegui. La única escritora abiertamente anticapitalista. Otro día os copio unas citas porque hay que leerla pero, at the moment, sólo una preguntita: ¿preferís ser el padre de Blancanieves, que callándose permitió que la madrastra ordenara cargársela...o el sirviente que supo desobedecer a la madrastra y dejó escapar a Blancanieves, llevando el hígado y los pulmones de un jabalí como falsa prueba del crimen? Quizás no tenemos que andar buscando cuentos políticamente correctos... sino leer los clásicos, de otra manera.

Acabo presentándoos las ONG de Eliana y de Bethsabé. En esta semana que imagino de tanta testosterona (vale, lo confieso, me he ido metiendo en bares para ver cómo iba "la Roja"), os paso un artículo de publicidad y masculinidad que ha escrito mi preciosa casera.

Dos mensajitos en clave abierta...

Joan: te quiero. Como ya te he dicho otras veces, lástima que te hayas entregado al dibujo, deberías escribir más...

Pepa: eres la mejor. Lo de tejedora de redes me ha gustado tanto como el punto de libro de la gatita curiosa. Siempre aciertas a definirme. La Ara efectivamente es una capulla pero que no se me olvide para las dos: en Buenos Aires tenéis que ir a bailar tango a "Simón en su laberinto" en el barrio de San Telmo o a "Entre nosotros". Que Mariana Falcón os dé unas clases. A Judith le va a encantar.